lunes, 3 de diciembre de 2012

Derecho de la educacion

La educación en la República de Honduras es un derecho reconocido en la Constitución de Honduras de 1982, emitido mediante Decreto No. 131 de la Asamblea Nacional Constituyente y publicado en el Diario oficial  La Gaceta (Honduras)

 17 de marzo de 1857. La Municipalidad de Tegucigalpa, cede el viejo Convento de la Merced para que funcione la Universidad Nacional de Honduras, es abierta la carrera de Derecho.
 1865. Mediante artículo No. 24 de la Constitución Política de 1865 siendo presidente el General José María Medina Castejón se ordena la creación de las Escuelas Primarias de Educación Integral. Es de hacer mención que las escuelas eran de varones y de niñas, no mixtas.

En la actualidad aproximadamente un millón de adolescentes y jóvenes están sin acceso a la educación y esto impacta directamente en el futuro hondureño que está sin ser formado para asumir responsabilidades en cualquier campo del desarrollo nacional, ya sea en la comunicacion, en la producción, en el campo agrario, industria, comercio, en la política, en el área de justicia o médica, porque esta generación es la que relevará a la actual y este millón de adolescentes y jóvenes sin acceso a la educación representan el 40% de la población hondureña, lo cual es una situación bastante dramática.                          

 Muchas veces esto convierte a los jóvenes en blancos fáciles de la delincuencia, ya sea como victimas o como ejecutores de la misma.

Los y las adolescentes y jóvenes están en ambientes muy fértiles para el crimen organizado del país y su principal campo que es el narcotráfico, que en Honduras tiene establecidas e instaladas sus bases operativas y hace de los jóvenes y adolescentes su principal recurso para desarrollar la narcoactividad en nuestro territorio”.
 





Muchas de las familias hondureñas tienen poco acceso a los recursos y una pequeña parte tiene acceso a gran cantidad, y eso es desigualdad, el país debe revertir su actual situación, porque de lo contrario toda esta enorme masa de jóvenes que son el principal recurso del país, está en riesgo de no poder cumplir con responsabilidades con su familia, en la comunidad y en la sociedad o como individuo, porque sus capacidades se ven disminuidas, todo por no tener acceso a la educación”.






También es fundamental mejorar la calidad de eduación, porque ahora es muy mala, por la no asistencia a clases, material desactualizado y deteriorado, no tener un aula digna con lo básico, etcétera. Y hay que recordar que las ofertas laborales para los jóvenes sin preparación son muy limitadas, los salarios que devengan son muy bajos porque son mano de obra poco calificada”.


Después del gobierno, la empresa privada es la que más ha fomentado la discriminación flagrante por razón de edad, inclusive en perjuicio también de mayores adultos que se ven afectados por las prácticas discriminatorias de los empresarios, aún cuando están en una edad económicamente activa. Basta con revisar la prensa escrita y encontrar los interminables anuncios de empresas privadas con ofertas de trabajo que limitan las edades de los oferentes, e inclusive el sexo si se trata de contratar jóvenes mujeres, no mayores de 18 años, con "buena presencia", evidenciando prejuicios altamente arraigados.

 La mayoría de puestos gerenciales tiene la característica peculiar de ser exclusivamente para mayores de 30 años o, en el otro extremo, para menores de 35. Sencillamente, no se trata de juzgar al candidato por su edad o por su imagen muy anciana o juvenil –criterio subjetivo- sino por las cualidades académicas y profesionales que le dan la experiencia para competir por el puesto. Lógicamente, si la persona ha alcanzado esa experiencia necesaria, tendrá seguramente el buen juicio que se necesita para asumir las responsabilidades del puesto, indistintamente de su edad. Lamentablemente la discriminación jurídica y la intolerancia social en perjuicio de los jóvenes profesionales hondureños se extiende inclusive a los centros de enseñanza  universitaria. Muchos de esos centros privados de educacion  superior acostumbran descartar candidatos a algún puesto de enseñanza por su imagen, según ellos "muy joven", sin siquiera dar importancia a los logros alcanzados por ese individuo y en clara discriminación por prejuicios infundados del grupo que cuenta con una edad muy temprana para sus estándares segregativos.

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